Seguir educando a todos

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Educación inclusiva en tiempos de pandemia

Seguir educando a todos

Desde marzo nos vimos enfrentados a una nueva forma de llevar adelante nuestra cotidianidad. La presencia de un virus mortal en todo el mundo obligó a tomar decisiones tan drásticas como el confinamiento total y con ello, el cierre de los colegios. Así, bruscamente, toda la comunidad estudiantil retomó las actividades desde sus hogares y apoyados en plataformas virtuales se comenzó a tejer un año único. Un 2020 que sin duda marcará a toda una generación.

En este nuevo modelo, el colegio volvió a mostrar su espíritu resiliente y la comunidad completa se alineó con los principios que dieron origen al proyecto Rayen Mahuida donde cada niño tiene un valor único y como tal se debía seguir adelante, con la misma preocupación por cada uno de ellos.

Es así como continuar el trabajo de inclusión, a través de aulas virtuales tomó gran importancia, considerando las condiciones enfrentadas como la distancia. De este modo, se ha ejecutado la adecuación curricular, se han realizado reuniones periódicas con las familias para realizar seguimiento de los objetivos propuestos y se ha llevado a cabo un trabajo en conjunto con el equipo de apoyo pedagógico del Departamento de Formación, Guías y apoderados.

De qué hablamos cuando decimos inclusión

La inclusión educativa se define como un modelo que busca atender las necesidades de aprendizaje de todos los niños y niñas, jóvenes y adultos de una determinada comunidad. La idea es que aprendan juntos, independientemente, de sus condiciones personales, sociales o culturales incluidos aquellos que puedan presentar alguna necesidad especial.

Ya en sus inicios, María Montessori trabajaba con niños con necesidades educativas especiales. Sin embargo, el concepto de educación inclusiva no comenzaría a generalizarse, sino hasta la década del ‘90. Pero el método Montessori abrazaba estos principios desde, prácticamente, su gestación.

Un trabajo dirigido es el que ha realizado el Equipo de Apoyo Pedagógico, conformado por su directora Gladys Pizarro, la psicóloga Claudia Herrera y las psicopedagogas, Daniela Segura y Gisselle Leiva. Todo este equipo, además de las guías de salón sostienen a los alumnos que forman parte de esta dirigida labor, realizada en comunidad y donde el objetivo no es otro que fortalecerlos en su educación y contenerlos durante este periodo.

Alonso y Gerardo

Alonso y Gerardo son alumnos de Taller 1A y Taller 1B, quienes apoyados por sus guías Georgina Baeza, Martina Rojas, María José Pezo y Pamela Salazar; han destacado por sus logros, a través de las aulas virtuales Montessori. Nada ha sido impedimento para seguir aprendiendo, como niños con posibilidades infinitas y capaces de “hacerlo por sí mismo”, como decía María Montessori.

Alonso, Taller 1A

Alonso llegó el 2015, “siendo un pequeño dulce, noble y con gran capacidad de asombro nos ha podido cautivar en cada logro y aprendizaje que ha tenido durante sus primeros años en nuestro colegio” como indica la guía de Taller 1A, Georgina Baeza.

Gerardo, por su parte, llegó el 2019, “al igual que todos los niños, él fue un gran desafío para nosotras y estamos orgullosas de lo que hemos podido observar en la entrega responsable de sus deberes, lo que también hemos comprobado en las clases online, donde evidenciamos una mayor motivación para adquirir conocimientos y participar en clases”, como señala la guía de Taller 1B, María José Pezo.

Alonso y Gerardo han sido el fiel reflejo de un trabajo sostenido y apegado a la metodología Montessori, que permite observar al niño, entregarle sus espacios y tiempos necesarios según su ritmo. Al respecto, Georgina agrega que “podemos dar fe de que nuestros pequeños son niños con capacidades enormes y capaces de enfrentar desafíos. Que desarrollan un espíritu colaborador en el que cada día, por medio de sus avances, nos demuestran con hechos reales que la vida es, sin duda, la que nos va entregando lecciones con humildad, honestidad y paciencia”.

Que el niño pueda desarrollarse de manera integral ha sido el foco de este proyecto, preocuparse y ocuparse de los contenidos, pero también de las
emociones. En este sentido, Pamela Salazar subraya que “gracias a nuestra metodología podemos observar al niño desde todos los ámbitos, siendo uno de los más relevantes para nosotras como guía del salón el área socioemocional. Gerardo durante este periodo ha tenido grandes avances en este ámbito, siempre buscamos poder entregarle contención, seguridad y potenciar su autoestima, para generar en él mayor confianza en sí mismo. Esto es fundamental, ya que nos ayuda a que los aprendizajes adquiridos sean más significativos.

Apoyo pedagógico + alumnos + familia. Tríada de amor

Sostener esta dinámica virtual, lo imprevisto, la incertidumbre y el desafío de seguir educando no habría sido posible sin un trabajo conjunto, de toda la comunidad: guías, niños y padres. No habría sido posible sin el amor que esta tríada tiene por los niños. No habría sido posible si no guiara el corazón ante toda dificultad.

Alonso, Taller 1A

El resultado de esta misión colaborativa ha sido un trabajo de inclusión educativa exitoso, con padres profundamente comprometidos, apoyando cada día y con niños entusiasmados en su aprendizaje. Martina Rojas, guía de Taller 1A, en relación a Alonso señala que “ha sido un alumno que en este periodo de pandemia, es un ejemplo para sus compañeros y compañeras de segundo básico. Se conecta a todas sus clases con optimismo y dedicación”.

Asimismo, Gerardo “ a pesar de las situaciones que se han presentado durante este periodo, no se ha desanimado en ningún momento y ha continuado esforzándose para adquirir sus propias metas socioemocionales y académicas. Es un niño resiliente y con mucho ánimo de seguir construyendo su futuro”, como destaca la guía de Taller 1B, Pamela Salazar.

Guias, alumnos y padres se han tomado de la mano por una misión que trasciende cualquier contingencia: la educación inclusiva de sus niños. En este sentido, Gisselle Leiva, psicopedagoga, agrega que, “deseamos destacar la perseverancia de Pamela y Esteban, padres de Alonso y el pilar fundamental en este caminar. Nos llena de orgullo poder expresar nuestro cariño y sin duda, estamos seguras de que en un futuro, nuestro pequeño podrá alcanzar sus sueños y nuevos desafíos para su vida personal como profesional.”

Por su parte, María José Pezo destaca que “todo el cambio positivo visto en Gerardo, es producto del trabajo en conjunto que hemos realizado con la familia y el equipo de apoyo pedagógico de nuestro colegio. Siempre acompañándonos a pesar de la distancia física que estamos viviendo”.

En tanto, la familia de Gerardo, expresa que “sin dudarlo estamos convencidos de que el amor es la fuerza más poderosa para guiar y ver crecer a nuestros hijos. Estamos, tremendamente agradecidos por todo el trabajo realizado por las guías del colegio, quienes realmente entregan lo
mejor de sí mismas para educar, lo hacen con tanto cariño, dedicación, profesionalismo y vocación. Gracias por confiar en nosotros, especialmente, en Gerardo. Por quererlo, por creer en él y entregarle siempre lo que él
necesita. Agradecemos todas las adecuaciones curriculares realizadas respetando los ritmos de nuestro hijo, la preocupación, la entrega y el apoyo que nos han brindado como familia, ya que sin duda hemos realizado un tremendo trabajo en equipo y realmente se siente y se ve reflejado en Gerardo
”.

Sin duda, este proceso solo ha dejado logros, tenacidad, empeño, esfuerzo y gratitud.